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ESCENAS DE ORO

 

Toda la cinta es una obra de arte, pero hay algunas escenas concretas que desprenden en sus detalles mucha más profundidad de lo que parece. 

 

Uno de los ejemplos es el momento en el que Michael se entera del atentado contra su padre al fijarse en los periódicos de un quiosco mientras paseaba con Kay. Nada más leer la noticia, Michael va directo a una cabina telefónica para contactar con la familia, dejando de lado a su novia. Podemos ver como el protagonista tiene demasiado claras sus prioridades, y no es casualidad que, a Kay, la cual representaba aquella vida corriente alejada del mundo Corleone, prácticamente la ignore.

 

Otra escena memorable es la del hospital, cuando Michael toma las riendas de la situación y acude a proteger a su moribundo padre, el cual está solo en el hospital. Allí se encuentra al pastelero que había venido a traerle flores. Muy astuto, el joven Corleone se lo lleva consigo a la puerta para fingir que Vito tiene protección. “Métete la mano en el abrigo como si llevaras una pistola” le dice al pastelero. Conmocionado por la situación, este intenta encenderse un cigarro, pero le tiemblan demasiado las manos. Michael le ayuda, y se percata de que, a pesar de estar en una situación tensa, su pulso permanece firme. Puzo concreta en su libro que es ahí cuando el protagonista empieza a reconocer su capacidad de liderazgo.

 

El emblemático símbolo de la serie, la mano del titiritero que controla los hilos, viene dada a una conversación de padre e hijo. Vito revela a su hijo que, sabiendo la integridad y voluntad que este tenía, esperaba que llegase al poder de aquellos que controlan los hilos; no el cabecilla de una mafia. Michael demuestra, conforme avanza la historia, que es capaz de convertir el apellido Corleone en las manos de un titiritero.

 

Pero si tuviéramos que resaltar una escena aclamada por el público hablaríamos de aquel momento en el que Sollozo negocia con los Corleone. La actitud calmada y observadora de Vito se luce en la conversación, gracias a esta escena comprendemos que incluso en un negocio tan bruto y violento como la mafia, es de vital importancia ver las cosas con perspectiva y no dejarse llevar por la pasión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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