¿MAFIOSO?
Hasta entonces, un mafioso se presentaba como un ser temible
y desprovisto de sentimientos; conceptos como la intimidad, el
afecto o el dolor no cabían en los rasgos de esta monstruosa
“criatura”. Pero con el padrino esto cambia: el espectador queda
sorprendido al ver una familia de lazos prácticamente
inquebrantables, y del dolor por el que pasan los personajes
cuando estos se rompen.
Nos adentramos en el papel de Michael: no es un mafioso
experimentado, no es un tipo violento, ni siquiera está metido
en negocios ilegales… tan solo es un militar con principios muy
enamorado de su novia. Los hechos se van sucediendo y, al ver
que su padre ha sido atacado, no duda en tomar las riendas. La
trama demuestra que Michael no desea la violencia, en lugar de
eso, intenta evitarla. Pero es como un pez que ha mordido un
anzuelo y ya no puede retroceder; Michael se introduce en un
bucle de muertes como solución desesperada ante una vida
complicada.
La personalidad de Michael varía según la película.
“El Padrino I”: comienza desde la inocencia y la integridad de un hombre que busca una vida corriente y alejada de los problemas de su familia, la cual respeta sin ningún prejuicio su decisión de no formar parte de los negocios. La cosa cambia cuando Michael, por puro afecto a su padre, decide tomar parte en el asunto llevando a cavo la venganza contra Sollozo. En esta parte de la cinta, el rostro de Michael está hinchado debido al golpe que recibió del jefe policía (una vez demostrado que está entrometido en los problemas de la familia). La hinchazón del golpe le dura durante casi toda la película, mostrando a Michael como un hombre herido y marcado por la violencia. Después de la venganza huye a Sicilia, donde vive un episodio romántico con Apollonia, el cual endurece su corazón más que antes. Cuando regresa, está preparado para ser “El Padrino”
“El Padrino II”: durante esta parte de la serie, Michael está en su esplendor y conquista poco a poco los diferentes poderes de la sociedad. La mafia crece hasta llegar a influir a un nivel considerable dentro de la política. Los problemas se rizan y el drama va corroyendo poco a poco a la familia; los corazones que no son acribillados por las balas acaban fríos y con un gran peso en la conciencia.
“El Padrino III”: en principio no se iba a hacer una tercera entrega, pero sirve como cierre de los personajes. Michael ha envejecido y sobre su historia solo hay sangre y heridas. La trama lo presenta como un hombre arrepentido, que daría lo que fuera por volver a nacer y así poder rehacer su vida, pero el peso de los errores es algo inevitable y tendrá que sufrir las consecuencias. La escena final tiene un sentido paradójico bastante inquietante: en su cabeza se reproducen los tres bailes que marcaron su vida y, después de ponerse sus gafas de sol, aquellas que le quitaban la expresividad, muere solo.
