top of page

PUZO

 

Mario Puzo entra en escena a los 46 años, tenía cinco hijos, un mal sueldo y grandes deudas relacionadas con su adicción al juego. Se dedicaba a escribir relatos de aventuras en las llamadas “revistas para hombres”; por una cuestión de pudor, utilizaba un pseudónimo.  

 

Tras escribir una novela que fue reseñada en The New York Times, fue a su editor con otro proyecto. Este rechazó la novela, y le aconsejó que escribiera sobre mafiosos, eso tendría éxito. Puzo fue de editorial en editorial, pero, como le rechazaban la historia, empezó a escribir su libro de mafias, en el cual no tenía mucho interés. 

 

Con tan solo 150 páginas empezó a recorrer editoriales. Putnam le

ofreció un anticipo de 5000 dólares, una cifra pobre, pero, debido a la

desesperación, Puzo aceptó. Dejó lo que llevaba de la historia en la

editorial y se gastó el dinero del anticipo en Europa con su familia.

Al regresar, comprobó que el manuscrito había circulado, y que la

edición de Paperback les había hecho una oferta de 375000 dólares.

La novela, por aquel entonces titulada “La Mafia” empezaba a mostrar

su potencial. 

 

Poco después la historia fue comprada por Paramount, incluso sin

estar terminada, y se empezó a producir la película. Antes de que la

película se estrenase, Puzo ya había conseguido una fortuna. Después

continuó en Hollywood con otros proyectos como “Superman”, “The

Cotton Club” y “Terremoto”. Cuesta creer que un hombre arruinado

por el juego acabase siendo uno de los guionistas mejores pagados

de Hollywood. 

 

Aun así, Mario nunca se ha sentido del todo orgulloso de esta obra, incluso, nada más estrenada la primera parte de “El Padrino”, afirmaba que no era su obra favorita ni de lejos, y que le disgustaba que fuese objeto de críticas simple y llanamente por haber sido un bestseller. También decía que una vez visto el éxito que estaba teniendo, lamentaba no haberla escrito mejor. 

 

Murió en Julio de 1999 en su casa de Long Island, apenas finalizada su última obra: “Omertà”. Mario Puzo fue un hombre que, a pesar de no tener una vida muy ordenada, consiguió el éxito que merecía tras casi treinta años entrenándose como escritor.

bottom of page